La caída del consumo en Argentina desde fines de 2023 resulta tan significativa que solo es comparable a la registrada tras la irrupción del COVID-19, y la que siguió a la crisis de 2001. A la salida de la pandemia, desde el cierre de 2020, 2021 y durante parte de 2022, el consumo privado tuvo un rebote vigoroso, que lo llevó a niveles vistos antes de iniciar la crisis de 2018, para luego estancarse en 2023. Esta recuperación se dio incluso en el contexto de un descenso generalizado de los ingresos casi sin interrupción, por el cual solo hasta finales del año pasado los trabajadores registrados habían perdido más del 20 % de su poder adquisitivo y los informales más del 40 %, que se exacerbó tras la devaluación del tipo de cambio oficial en diciembre.

No obstante, el mercado de retail porteño no ha acusado recibo, visto que en la primera mitad de 2024 continuó bajando su tasa de vacancia, que ya estaba en niveles históricamente bajos, y los precios se mantuvieron en línea con el promedio de 2023, no muy por debajo de los registrados en 2019.