Hace apenas unos años, numerosos inversores ponían en duda los edificios sostenibles.
En el mercado había pocos ejemplos de relevancia y apenas algunas pruebas de la supuesta mayor rentabilidad que ofrecían. Ahora las cosas han cambiado significativamente.
En primer lugar, la demanda de edificios de oficinas sostenibles se está disparando. Los inquilinos corporativos buscan cada vez más espacios que se acomoden a sus objetivos en materia de ESG. Por otra parte, el aumento de la factura energética es otro motivo adicional para que se interesen por la reducción de costes operativos y de energía que aportan los edificios sostenibles.
Sin embargo, la oferta es muy escasa. En Europa, por ejemplo, la demanda es tres veces superior a la oferta y no parece probable que esta última vaya a repuntar en el corto plazo. En la actualidad, el ritmo de acondicionamiento de edificios es demasiado lento y debe acelerarse desde el 1% actual al 3-3,5% en 2050.
Mientras tanto, el desajuste entre oferta y demanda está provocando que exista una “prima de sostenibilidad” en muchos mercados. En Londres, un informe de JLL publicado en enero de 2023 muestra que la certificación BREEAM incrementó los valores de mercado un 20,6% y que la mejora de un solo nivel en las calificaciones del Certificado de Eficiencia Energética (EPC, por sus siglas en inglés) generaron una prima equivalente al 3,7%. En el caso de los alquileres, los certificados BREEAM supusieron un aumento del 11,6%, mientras que una calificación más alta en el EPC se tradujo en una subida del 4,2%.
En segundo lugar, ha cambiado la actitud de los propios inversores a medida que se han vuelto evidentes los riesgos físicos del cambio climático. Un estudio de JLL en 2020 reveló que el 78% de los inversores considera ahora que el riesgo climático es un riesgo financiero. Cada vez son más los inversores que asumen sus propios compromisos de neutralidad de carbono — y que hacen que sus accionistas y empleados comprueben que se están produciendo progresos —, aunque todavía existe en la actualidad un desfase entre las intenciones y la puesta en práctica de los planes.