Zonas Francas en Costa Rica: El Impacto de los Espacios de Trabajo Integrales con Tecnología y Experiencia
Según CINDE, más de 402 empresas multinacionales operan bajo este régimen, generando más del 60% de las exportaciones nacionales y más de 200,000 empleos directos e indirectos. Este régimen se ha consolidado como un pilar clave del crecimiento económico del país. Pero, en un entorno cada vez más competitivo, ya no basta con ofrecer beneficios fiscales: hoy, la experiencia y la tecnología en los espacios de trabajo son determinantes para atraer, retener y consolidar a estas compañías.
El nuevo estándar: espacios de trabajo integrales
Las empresas que llegan a las zonas francas requieren más que metros cuadrados; buscan espacios de trabajo integrales, diseñados para potenciar productividad, innovación y bienestar. Esto incluye:
- Diseño arquitectónico adaptado a cada operación: oficinas, centros de servicios, laboratorios, espacios colaborativos, entre otros.
- Tecnología incorporada desde la planeación: monitoreo en tiempo real, conectividad de alta calidad, infraestructura flexible.
- Experiencia del usuario como eje central: espacios que transmitan identidad corporativa, fomenten la colaboración y mejoren la experiencia del talento.
- Gestión profesional de proyectos: asegurando que tiempos, costos y riesgos estén controlados bajo estándares internacionales.
Tecnología y experiencia como ventaja competitiva
La incorporación de tecnología en la planificación y operación de espacios de trabajo en zonas francas permite a las empresas:
- Reducir costos operativos gracias a sistemas inteligentes de energía y climatización.
- Aumentar la eficiencia al contar con plataformas de control y gobernanza en tiempo real.
- Ofrecer entornos seguros y sostenibles, alineados con criterios ESG que son cada vez más valorados por inversionistas y usuarios.
Por otro lado, la experiencia integral impacta directamente en la atracción de talento. En un país donde la competencia por profesionales bilingües y especializados es alta, y donde el talento STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es cada vez más escaso, los espacios de trabajo modernos, colaborativos y saludables se convierten en un diferenciador estratégico.
Sostenibilidad y ESG como eje diferenciador
Costa Rica lidera en América Latina en la adopción de estándares de sostenibilidad en construcción. Más del 40% de las nuevas edificaciones en zonas francas buscan certificaciones internacionales como LEED, EDGE y WELL. Parques como Coyol Free Zone y La Lima Free Zone son ejemplos claros de cómo la sostenibilidad se ha convertido en un criterio decisivo para inversionistas y empresas multinacionales que buscan operar en entornos alineados con sus compromisos ESG.
El rol de aliados especializados
Firmas como JLL y sus equipos de Project Management se han posicionado en Costa Rica como socios clave para el desarrollo de este tipo de proyectos en zonas francas. Nuestra propuesta se centra en:
- Un único punto de contacto para clientes multinacionales.
- Optimización de recursos y tiempos en construcción y adecuación de espacios.
- Implementación de tecnología de gestión de proyectos y control de riesgos.
- Experiencia en sectores clave de zonas francas: corporativo, industrial, servicios compartidos, ciencias de la vida, salud y tecnología.
Más que gestores de proyectos, JLL habilita la competitividad regional de sus clientes, reduciendo tiempos de entrada al mercado, disminuyendo riesgos de expansión y asegurando operaciones escalables en toda LATAM. Esto convierte al espacio físico no solo en un lugar de trabajo, sino en un activo estratégico para la operación empresarial.
Sofía Rodriguez, del equipo de Project and Development Services (Proyectos y desarrollos) en JLL Costa Rica, menciona: “El futuro de las zonas francas en Costa Rica no depende únicamente de los incentivos fiscales, sino de la capacidad del país para ofrecer espacios de trabajo integrales, con experiencia y tecnología de primer nivel. Estos entornos son hoy una ventaja competitiva para atraer inversión, impulsar innovación y fortalecer el talento humano que sostiene la economía del conocimiento.”
Costa Rica, con su ecosistema de zonas francas en expansión, está en una posición privilegiada para liderar en América Latina esta transformación del real estate corporativo hacia espacios que combinan eficiencia, sostenibilidad y experiencia.